Los adultos mayores sin contención de familiares y amigos correrían alto riesgo de tener problemas de presión, sugirió un estudio.
La investigación realizada sobre 81 adultos afroamericanos demostró que quienes sentían que carecían de apoyo social eran menos propensos a mostrar la reducción normal de la presión arterial que se produce al dormir.
Otros estudios relacionaron esta tendencia, o "bajo descenso" de la presión, con un mayor riesgo de sufrir enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular (ACV).
Asimismo, estudios demostraron que las personas sin un círculo de amigos y familiares están más expuestas a desarrollar enfermedad cardiovascular.
Los nuevos resultados, publicados en la revista Psychosomatic Medicine, sugieren una explicación fisiológica de esa relación.
La falta de apoyo social, como fuente de estrés crónico, afectaría la función del sistema nervioso hasta influir en la regulación normal de la presión, lo que determinaría la aparición de cardiopatías y ACV.
Si esto es así, bastaría con mejorar la red de contención de los adultos mayores para reducirles el riesgo cardiovascular, sostuvo el equipo dirigido por el doctor Carlos J. Rodríguez, del Centro Médico de la Columbia University.
"Si alguien carece de contención social, hay varias formas de intervenir", dijo Rodríguez. Una, explicó, sería a través de reuniones educativas con los esposos para aumentar la contención mutua.
A los adultos mayores se los podría incentivar para concurrir a centros o grupos comunitarios de la tercera edad.
Sin embargo, los efectos positivos de estas intervenciones sobre la salud cardiovascular de los ancianos se deben estudiar mejor.
En el nuevo estudio, los investigadores les entregaron a los participantes un tensiómetro para registrar por escrito las variaciones de la presión durante 24 horas. De los 81 participantes (hombres y mujeres), 68 tenían presión normal y el resto, presión alta aún sin tratamiento.
Los participantes respondieron también un cuestionario estándar sobre el nivel de contención social recibida; las preguntas indagaban, por ejemplo, con cuánta frecuencia sentían soledad, si querían tener más amigos y con qué asiduidad sus amigos o familiares "los abandonaban".
El equipo halló que un tercio de los participantes con el nivel más bajo de apoyo social concentraba la mayor prevalencia de presión arterial nocturna con "bajo descenso" (el 41 por ciento frente al 27 por ciento de aquellos con gran contención).
Según los investigadores, es posible que las personas con mayor contención social sean menos propensas a adoptar hábitos de vida no saludables.
En el estudio, hábitos como fumar, beber alcohol y ser obeso no tuvieron relación alguna con un bajo descenso nocturno de la presión arterial.
Otra posibilidad es que el apoyo social, o su falta, tenga efectos fisiológicos.
Según Rodríguez, recibir poca contención social está relacionado con la desregulación del sistema nervioso autónomo, que controla las actividades involuntarias, como la frecuencia cardíaca, y el aumento de la "reacción cardiovascular" a los estresores.
"Esto afectaría la regulación normal de la presión sanguínea y provocaría el fenómeno de bajo descenso nocturno", señaló el autor. |