El riesgo cardiovascular se reduce un 6% por cada pieza de fruta o plato de verdura más que se consuma al día.
Según los especialistas la adopción de una dieta saludable es junto con el ejercicio físico aeróbico y no tener hábitos tóxicos como tabaco o alcohol un punto clave en la prevención primaria y secundaria de las enfermedades cardiovasculares.
En este sentido subrayaron que la alimentación debe aportar antioxidantes sustancias presentes tanto en la dieta como en el organismo que contrarrestan el daño oxidativo generado fundamentalmente por los radicales libres.
En el caso de la mujer su mayor longevidad se atribuye con frecuencia al efecto cardioprotector de los estrógenos ováricos. Así el doctor Santiago Palacios presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia los estrógenos suponen una ventaja ante la supervivencia de las mujeres, puesto que favorecen la actuación de enzimas antioxidantes, y ello las protege frente al estrés oxidativo y, con ello, frente a diversas patologías . |