Ante las altas temperaturas que se están registrando en gran parte del país y que se prevé se mantengan por algunos días más, queremos acercarle información sobre este fenómeno climático y sugerirle algunas recomendaciones para evitar los llamados “golpes de calor” y evitar problemas cardiovasculares asociados.
Hablamos de “ola de calor" cuando la temperatura se mantiene al menos por tres días consecutivos por encima de un umbral normal estacional para la zona geográfica. En el caso de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores el límite es de 32 grados en verano.
Justamente en esta zona que abarca hasta las provincias de Entre Ríos y Santa Fe, el Servicio Metereológico Nacional emitió primero un alerta amarilla y posteriormente el alerta naranja.
¿Qué significan estos alertas?
Esta modalidad responde a un sistema de monitoreo climático que determina la relación que se establece entre el calor en aumento y el índice de mortalidad diaria registrada de la población en riesgo en la zona geográfica analizada. Los niveles de alerta son amarillo, naranja y rojo.
Amarillo: El riesgo es leve a moderado. El índice de mortalidad crece entre el 10 y el 30%
Naranja: El riesgo es moderado a alto. El índice de mortalidad crece entre el 30 y 60%.
Rojo: El riesgo es alto-extremo. El índice de mortalidad aumenta más del 60%.
Las personas con enfermedad cardíaca preexistente pertenecen al grupo de riesgo
Si bien las enfermedades cardíacas están principalmente asociadas al clima frío, también se pueden producir trastornos asociados con una exposición a un calor excesivo. Lo que ocurre es que las principales causas de mortalidad que se producen durante las olas de calor, tienen como consecuencia las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y respiratorias.
En estos casos, los principales afectados serían las personas de avanzada edad, los pacientes con enfermedades preexistentes y los niños.
En cuanto a las personas de mayor edad, éstas pierden la capacidad de autorregulación de la cantidad de agua que hay en sus organismos y se vuelven propensos a sufrir una deshidratación.
Las personas hipertensas son muy vulnerables a estos cambios estacionales.
En estos días se vuelve necesario tener en cuenta que el ejercicio físico intenso puede alterar la respuesta hipertensiva del paciente. En este grupo de pacientes es esencial evitar:
• cambios bruscos de altitud
• el pasaje brusco entre temperaturas extremas (frío/calor y calor/frío)
• controlar la intensidad del ejercicio que se practica.
Ante cualquier aviso de dolor de pecho, de cabeza, calambres y otros síntomas propios de la EC, la persona debe acudir al hospital, porque puede ser un aviso de infarto o ACV.
Recomendaciones para evitar un golpe de calor
Tengamos en cuenta que entre los síntomas más comunes de un golpe de calor se encuentran
• calambres,
• sensación de agitación
• sensación de agotamiento
Para evitarlo se recomienda:
• Hacer trámites o salir bien temprano o cuando cae el sol
• Hidratarse adecuadamente y no esperar a tener sed
• Vestirse con ropa liviana, clara, amplia, cómoda
• Permanecer en ambientes con ventilación, bajo techo, o aprovechar la sombra de árboles en los parques
• Evitar comidas calientes, salsas y picantes
• Consumir frutas y ensaladas en cantidad y carnes cocidas
También requieren cuidado especial aquellas personas que:
• por estar en situación de reposo están obligados a permanecer en ambientes poco ventilados al no poder movilizarse.
• los deportistas y/o aquellas personas que realizan ejercicios en horarios inadecuados sin la reposición de líquidos necesaria.
• los trabajadores que se desempeñan al aire libre.
En el caso de que una persona sufra un golpe se calor lo mejor que podemos hacer para asistirlo es acercarlo a un ambiente fresco y luego llame al servicio de emergencias. Mientras tanto ir aportándole líquido gradualmente.
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