El 11 de octubre finalizó en Buenos Aires el XXXI Congreso Argentino de Cardiología, donde entre otros puntos relevantes, se hizo hincapié en la prevención de la enfermedad coronaria. En este contexto y según advirtieron varios especialistas disertantes, se coincidió en reforzar la prevención extendiéndola hacia los hábitos de la niñez.
Actualmente sabemos que los hábitos poco saludables sostenidos desde la niñez y a través de las diferentes etapas del crecimiento serían el preludio de las enfermedades del corazón en la edad adulta:
Las enfermedades cardiovasculares, que en Argentina constituyen la primera causa de muerte entre los mayores de 35 años, comienzan a gestarse durante la infancia
La obesidad, las dietas inadecuadas, el tabaquismo y el estilo de vida sedentario, principales factores de riesgo de las afecciones cardiovasculares, aparecen cada vez con mayor frecuencia en edades más tempranas. En los chicos, las comidas ricas en grasas, la falta de actividad física sistemática y las jornadas extensas frente al televisor o la computadora son algunos de los factores que, acumulados a través de los años, ponen en riesgo la salud.
Los últimos datos a nivel global indican que los chicos con sobrepeso tienen una probabilidad entre tres y cinco veces mayor que los de peso normal de sufrir un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular antes de llegar a los 65 años de edad. Y se estima que en la Argentina el 7 por ciento de los pequeños padece obesidad.
Otra de las grandes amenazas a futuro para el corazón de los más chicos es el tabaco. En el mundo, cerca de un 25 por ciento de los estudiantes fuma y ha encendido su primer cigarrillo incluso antes de alcanzar los diez años. Por otra parte, esta situación se ve agravada por el hecho de que la mitad de los niños son fumadores pasivos, ya que viven junto a una persona que consume tabaco.
Por estos motivos, y por la creciente baja en la edad en que comienzan los síntomas coronarios (angina de pecho, o directamente, un evento agudo) en las sociedades modernas:
es necesario incorporar en los niños y adolescentes conductas saludables
Algunos consejos para los padres:
la Federación Mundial del Corazón ha brindado algunas recomendaciones para cuidar a la familia y mantenerla a salvo.
- Amamante a los bebés durante el mayor tiempo posible.
- Prepare una dieta equilibrada y rica en nutrientes que incluya cereales, carne magra y pescado.
- Trate de evitar los alimentos fritos.
- Realice un mínimo de 30 minutos de ejercicio diario que estimule su frecuencia cardíaca.
- Aumente la participación habitual de su familia en actividades y anime a sus hijos a que practiquen deportes de equipo.
- En caso de ser fumador, intente dejarlo o al menos evite fumar en presencia de sus hijos: déjeles vivir en un entorno libre de humo (recuerde que el tabaquismo pasivo aumenta un 80 por ciento los riesgos cardiovasculares).
- Incremente el consumo de frutas y hortalizas frescas, especialmente las silvestres y de hoja verde, como el repollo y distintas legumbres (alubias, porotos y lentejas).
- Reduzca la ingesta de azúcar y sal de sus niños, por ejemplo limitando en su dieta la presencia de dulces, gaseosas y golosinas, así como reemplazando la sal en las comidas por especias y condimentos.
- Limite el consumo de grasas saturadas, como la manteca.