Cuando llega fin de año se suele hacer un balance sobre lo ocurrido y muchas veces no se piensa en la salud y cómo la calidad de vida afecta nuestro corazón.
Por eso (y aunque pueda parecer antipático) desde aquí les queremos recordar que
Las muertes por enfermedad cardíaca se producen más entre diciembre y enero y los picos máximos se dan entre la Noche de Navidad y la llegada de Año Nuevo.
Está ampliamente comprobado que durante los festejos de fin año se producen más infartos que en otras épocas debido a los picos de estrés, las emociones fuertes y el descuido en las comidas, entre otros factores.
A esto se suma que las personas tardan más en recurrir al médico en situaciones de dolor torácico, y generalmente existen dificultades por la disminución de plantilla de personal médico durante estas fechas.
Es importante que además de prepararnos para las decoraciones navideñas, los regalos, los compromisos sociales, etc., usemos un poco de nuestro tiempo para pensar y tomar precauciones relacionadas con la salud, sobre todo si ya padecemos alguna enfermedad cardíaca.
Para prevenir infartos y otros ataques cardiacos que nos hagan pasar muy malas fiestas los expertos recomiendan:
• Estar alerta ante posibles factores que sobrecarguen su corazón como el enojo o las emociones fuertes.
• Evitar excesos de sal y alcohol.
• Evite exponerse en días de alerta por contaminación atmosférica.
• Alejarse del humo de cigarrillos y por supuesto: es una excelente temporada para proponerse dejar de fumar (Y empezar a cumplir la promesa!!!).
• No posponer ningún tratamiento que tengamos indicado y/o comenzado
• Buscar ayuda de inmediato ante cualquier síntoma sospechoso.
La mejor receta es cuidarnos, disfrutar de las fiestas, pero con moderación en lo que a la cantidad de comida y alcohol se refiere.
También sabemos que las emociones positivas y negativas que caracterizan este momento del año afectan al organismo y pueden desencadenar episodios cardíacos.
Las fiestas de fin de año generan una fuerte nostalgia por épocas con las familias más grandes, y con seres queridos que ya no están con nosotros. En algunos casos, se suma una intensa sensación de soledad que alimenta y potencia la nostalgia.
Desde Psicocardiología, como todos los años, hacemos un llamado para recuperar el sentido de las fiestas. Recordemos que son momentos para pasarla bien y no para amargarse por las pérdidas o entrar en conflicto con otras personas. En este sentido es bueno preguntarse por el sentido que tiene el ritual de reunirse en estas fechas y simplificar la organización de tales reuniones. |