3 de diciembre, 2009
En las mujeres con enfermedad cardíaca, comer demasiadas grasas trans, que taponan las arterias, elevaría el riesgo de morir de un paro cardíaco.
Esas grasas, presentes en alimentos horneados y fritos industrializados, se volvieron conocidas en los últimos años porque no sólo aumentan el colesterol LDL o "malo", como las grasas saturadas en la carne y la manteca, sino que también reducen el colesterol HDL bueno para el corazón.
El consumo de grasas trans en exceso está asociado con la enfermedad coronaria, que es la acumulación de placas grasas en las arterias cardíacas, lo que puede causar un infarto.
Pero se desconoce si eso aumenta el riesgo de morir de un paro cardiorrespiratorio.
La muerte súbita ocurre cuando alteraciones del ritmo en las cámaras superiores del corazón no permiten bombear sangre al resto del organismo.
Algunos estudios sugieren que las grasas trans podrían alterar ese ritmo, pero existe poca evidencia de que aumentan las probabilidades de muerte cardíaca súbita.
En el estudio, sobre 87.000 mujeres estadounidenses controladas durante 26 años, el consumo de grasas trans no estuvo asociado con el riesgo de muerte súbita en la cohorte.
Pero cuando los autores se concentraron en las mujeres con enfermedad coronaria, surgieron evidencias de un aumento del riesgo de sufrirla.
En ese grupo, quienes comían la mayor cantidad de grasas trans (un 2,5 por ciento de las calorías diarias) eran tres veces más propensas a morir por un paro cardíaco que las que comían la menor cantidad (menos de un 1 por ciento de las calorías diarias).
Pero tan pocas mujeres murieron súbitamente (100 en 26 años) que el estudio careció de peso estadístico para demostrar que las grasas trans eran un factor de riesgo.
Los resultados obtenidos por el equipo de la doctora Stephanie Chiuve, de la Escuela de Salud Pública de Harvard, en Boston, fueron publicados en la revista American Heart Journal.
El nuevo estudio incluyó a 86.762 mujeres en Estados Unidos que participaban en el llamado Nurses' Health Study. Desde 1980 y cada dos o cuatro años, las mujeres respondieron cuestionarios alimentarios detallados. En 26 años, murieron 317 mujeres por paro cardíaco.
En las mujeres sin enfermedad coronaria no hubo evidencias que relacionaran el consumo de grasas trans con la muerte súbita al considerar los factores de riesgo de enfermedad cardíaca, como el tabaquismo, la hipertensión y el sobrepeso.
En cambio, esa relación existió y se mantuvo en las participantes con enfermedad coronaria, aún tras considerar otros factores de riesgo cardíaco.
Los resultados, según el equipo, sugieren que el consumo de grasas trans "tiene un papel más importante" en el riesgo de morir súbitamente en personas con enfermedad coronaria.
La Asociación Estadounidense del Corazón sugiere que los adultos obtengan menos del 1 por ciento de las calorías diarias que consumen de las grasas trans, es decir, 2 gramos para el estadounidense promedio. |