6 de octubre, 2009
Los sofocos pueden ser entre irritantes y debilitantes, pero también serían un signo de algo peor: durante la menopausia, indicarían un aumento del riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca o infarto, reveló un estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad de Menopausia de Norteamérica, en San Diego.
Esos resultados, que surgen de un estudio sobre más de 400 participantes del estudio prospectivo llamado Study of Women's Health Across the Nation (SWAN), coinciden con ensayos previos que habían asociado ambos factores. Los investigadores ignoran la causa.
Los autores del estudio SWAN, dirigido por la doctora Karen A. Matthews, de la University of Pittsburgh, en Pensilvania, estudiaron a todas las mujeres, de entre 42 y 52; ninguna tenía enfermedad cardíaca.
El equipo halló que las mujeres con sofocos eran más propensas a tener engrosadas las paredes de las carótidas. Estudios previos habían demostrado que la salud de esos vasos sanguíneos en el cuello está asociada con la enfermedad cardíaca.
Resultados previos en la misma cohorte habían demostrado que algunas participantes que tenían sofocos presentaban placas significativas de colesterol en las arterias.
Estos resultados, dijo Matthews, no significan que los sofocos causen enfermedad cardíaca o viceversa. Pero sí sugieren que ambos factores estarían relacionados de alguna manera. |