Un estudio halla que inhalar partículas microscópicas podría elevar el riesgo de enfermedad cardiaca.
14 de septiembre, 2009
Un estudio reciente sugiere que respirar aire contaminado incluso por apenas dos horas puede incrementar la presión arterial, lo que aumenta potencialmente el riesgo de enfermedad cardiovascular entre los que están expuestos al esmog.
Aunque el aumento podría no tener muchas implicaciones para las personas sanas, "este ligero aumento en realidad podría desencadenar un ataque cardiaco o un accidente cerebrovascular", señaló en un comunicado de prensa el Dr. Robert D. Brook, autor del estudio y profesor asistente de medicina de la Universidad de Michigan.
En el estudio, que aparece en una edición reciente de Hypertension, los investigadores examinaron a 83 personas mientras respiraban niveles de contaminación ambiental similares a los de una ciudad cerca a una vía transitada.
"Examinamos entonces los vasos sanguíneos y sus respuestas antes y después de respirar niveles elevados de aire contaminado", aseguró en un comunicado de prensa Robert Bard, coautor del estudio y coordinador de investigación clínica de la Universidad de Michigan.
La contaminación del aire hizo que la presión diastólica, la cifra inferior de una lectura de presión arterial, se elevara en cuestión de dos horas. Los vasos sanguíneos no funcionaron bien durante hasta 24 horas.
Las pruebas señalaron que las partículas microscópicas del aire, no los gases de ozono, causaron la elevación en la presión arterial que afectó el funcionamiento de los vasos sanguíneos.
"Si se pronostica que los niveles de contaminación ambiental serán elevados, los pacientes de enfermedad cardiaca, diabetes o enfermedad pulmonar deben evitar la actividad innecesaria al aire libre", aseguró Brook. |