Un estudio español observa una menor incidencia.
6 de octubre, 2009
En un estudio español, las personas que seguían la dieta mediterránea eran menos propensas a desarrollar depresión.
"Hablamos de una reducción relativa en el riesgo de entre 42 y 51 por ciento", apuntó el coautor del estudio, el Dr. Miguel A. Martínez González, presidente de medicina preventiva de la Universidad de Navarra. "Se trata de una asociación sólida".
La dieta mediterránea por lo general se recomienda para reducir el riesgo de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular y otros problemas cardiovasculares. Este estudio, que aparece en la edición de octubre de la revista Archives of General Psychiatry, es uno de los pocos que evalúan su efecto sobre la función mental.
Los investigadores españoles dieron seguimiento a más de 10,000 adultos sanos que completaron cuestionarios entre 1999 y 2005. Ninguno sufría de depresión al inicio del ensayo. Su adhesión a la dieta mediterránea se midió al evaluar nueve componentes, como una baja ingesta de carne, una ingesta moderada de alcohol y productos lácteos, y un alto consumo de frutas, frutos secos, cereales, verduras y pescado.
Tras un seguimiento promedio de 4.4 años, la incidencia general de depresión para los que seguían más de cerca la dieta era treinta por ciento más baja que para aquellos que ignoraban más las reglas dietéticas. Se relacionó unos índices de depresión aún menores con la ingesta de elementos específicos de la dieta mediterránea, tales como frutas, verduras y aceite de oliva.
Hay varias explicaciones posibles para el efecto protector reportado, dijo Martínez González. La dieta mediterránea mejora la función del endotelio, el delicado revestimiento interno de los vasos sanguíneos, que tiene que ver con la producción del factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC), una molécula que es responsable por el crecimiento y función de las células nerviosas, apuntó. "Se piensa que la disfunción del FNDC es responsable de algunos casos de depresión", dijo Martínez González.
Además, el aceite de oliva mejora la vinculación de la serotonina con sus receptores "y la serotonina es un neurotransmisor clave en la depresión", señaló.
Y los ácidos grasos omega 3 que se encuentra en algunos pescados podría ayudar a mejorar la función del sistema nervioso central, apuntó Martínez González. "Todos estos mecanismos podrían llevar a una mejor función cerebral y una mayor resistencia para enfrentar mejor las frustraciones cotidianas, controlar el estrés y cosas así", dijo.
Pero Martínez González no recomienda que la gente diagnosticada con depresión intente detenerla mediante la adopción de esta dieta. "La dieta mediterránea podría ser ideal para la prevención de la depresión, pero no para su tratamiento", aclaró. "Lo mejor que los pacientes que ya tienen depresión pueden hacer es buscar un tratamiento médico adecuado con un psiquiatra". |