7 de octubre, 2009
En lugar de proteger contra la diabetes, los antioxidantes en realidad aumentarían las posibilidades de desarrollar la condición, al menos en sus estadios iniciales, informaron investigadores australianos.
"En el caso de la diabetes tipo 2 en estadio temprano (...) nuestros estudios sugieren que los antioxidantes serían malos", indicó en un comunicado Tony Tiganis, de la Monash University en Australia, cuyo estudio fue publicado en la revista Cell Metabolism.
"Pensamos que hay un equilibrio delicado y que demasiado de algo bueno -sorpresa, sorpresa- podría ser malo", añadió el experto.
El equipo de Tiganis estudió los efectos del estrés oxidativo en ratones alimentados con una dieta alta en grasa por 12 semanas. Un grupo de ratones carecía de una enzima llamada Gpxl, que ayuda a contener el estrés oxidativo.
Los expertos hallaron que los roedores que no tenían la enzima eran menos propensos a desarrollar resistencia a la insulina -una señal temprana de diabetes- comparado con los ratones normales.
Pero cuando el equipo trató a los animales con deficiencia de la enzima con un antioxidante, "perdieron esa ventaja y se volvieron más 'diabéticos'", dijo Tiganis.
El autor explicó que el estrés oxidativo no funcionaría dañando al cuerpo sino inhibiendo a las enzimas que perjudican su capacidad de usar la insulina en lo que es el inicio del desarrollo de diabetes, y que los antioxidantes remueven ese mecanismo protector. |