Según los expertos, llevar a los pacientes a los hospitales adecuados rápidamente es crítico
19 de noviembre, 2009
Hay un mensaje para los médicos, hospitales y comunidades en las nuevas directrices para el tratamiento de la enfermedad coronaria y ataques cardiacos. Hay que organizarse.
Cada comunidad debería contar con un sistema organizado de atención de emergencia para ataques cardiacos, como programas para identificar a los pacientes antes de que vayan a los hospitales y estrategias para que lleguen a centros médicos equipados para realizar procedimientos para abrir las arterias, según señalan las directrices emitidas por la American Heart Association, AHA, el Colegio estadounidense de cardiología (American College of Cardiology) y la Sociedad para intervenciones y angiografías cardiovasculares (Society for Cardiovascular Angiography and Interventions).
"El enfoque en los sistemas integrados para pacientes que tengan infarto de miocardio con elevación del segmento ST (IMEST)", señaló el Dr. Sidney Smith, profesor de medicina de la Universidad de Carolina del Norte, ex presidente de la AHA y copresidente del grupo que escribió las directrices. "Afecta a una gran cantidad de la población que sufre ataques cardiacos y seguramente mejorará el tratamiento".
"La recomendación general es mover al paciente, si es posible, directamente a los hospitales en donde se pueda hacer inmediatamente la angioplastia (ICP)", señaló el Dr. Spencer B. King III, presidente del Instituto cardiovascular St. Joseph de Atlanta, ex presidente del Colegio estadounidense de cardiología (American College of Cardiology) y copresidente del grupo de las directrices. "Si eso no es posible, debería haber un transporte muy rápido a un hospital que sí haga la angioplastia".
Las directrices incluyen recomendaciones sobre cambios en el tratamiento de los ataques cardiacos y la enfermedad coronaria según nuevos hallazgos de investigación. Por ejemplo, ahora se recomienda la implantación de endoprótesis en muchos casos en los que la arteria coronaria izquierda, que proporciona sangre a la mayor parte del corazón, resulta obstruida.
"Anteriormente se pensaba que no era recomendable hacerlo, sino dirigirse directamente a una cirugía de derivación", aseguró King. "Aún así, la evidencia continúa acumulándose de que para algunos pacientes de obstrucción principal izquierda, se debe considerar la implantación de endoprótesis".
Entre otros aspectos técnicos contemplados en las directrices se encuentran los siguientes:
Recomendaciones sobre el uso de un poderoso y nuevo medicamento anticoagulante, prasugrel, como alternativa al clopidogrel, que se receta después de la IPC. La mayor capacidad del nuevo medicamento para disolver coágulos conlleva el peligro adicional de sangrado excesivo.
El uso de un catéter que se introduce en la arteria coronaria para medir si la acumulación de depósitos de placa son suficientemente grandes para justificar una IPC.
El uso de trombectomía de aspiración, en la que el coágulo que causa un ataque cardiaco se succiona antes de la implantación de la endoprótesis.
La recomendación sobre el uso de anticoagulantes antes, durante y después de la IPC.
Recomendaciones sobre los tipos de tinturas de rayos X usados para ver las arterias cardiacas durante una IPC en pacientes de enfermedad renal crónica.
"Pero la gran recomendación es que necesitamos mejorar el sistema de cómo llegan al hospital los pacientes cuando están teniendo un ataque cardiaco y luego son trasladados a otro hospital si es necesario", señaló Smith.
Las directrices son publicadas en la edición del 1 de diciembre de la Journal of the American College of Cardiology y de Circulation, y en la edición del 18 de noviembre de Catheterization and Cardiovascular Interventions. |