Un estudio europeo no halla diferencias en la supervivencia para los que tienen o no el dispositivo.
8 de octubre, 2009
Implantar un desfibrilador en las primeras semanas luego de un ataque cardiaco no mejora la supervivencia, según señala un estudio europeo.
Hubo menos muertes por paro cardiaco repentino entre los que recibieron los dispositivos, que proporcionan choques al corazón para que lata de nuevo. Sin embargo, los investigadores informaron que el índice general de muerte fue muy similar al de los que no recibieron desfibriladores durante los cuarenta días posteriores a un ataque cardiaco.
Los resultados del estudio son similares a los de un ensayo estadounidense más pequeño, señaló el Dr. Gerhard Steinbeck, profesor de medicina y presidente de medicina interna de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich y autor líder de un informe que aparece en la edición del 8 de octubre de la New England Journal of Medicine.
Una razón para hacer otro estudio fue que el ensayo estadounidense "podría haber sido un falso negativo señalado por un tamaño de la muestra relativamente pequeño y fallas en el diseño", aseguró Steinberg.
Los nuevos resultados tienen bases más firmes que los hallazgos anteriores, aseguró Steinbeck. "Podemos decir que hemos incluido a más pacientes y hemos hecho un seguimiento medio más largo", dijo. "Nuestra potencia estadística se basa en 230 muertes, mientras que sólo hubo 120 muertes en el otro ensayo".
Además, el tratamiento de los ataques cardiacos ha cambiado desde que se hizo el ensayo anterior y la angioplastia para abrir las arterias es mucho más común ahora, señaló Steinbeck. "En el otro ensayo, el 27 por ciento de los pacientes se sometió a intervención percutánea coronaria (IPC), mientras que en nuestro estudio fue mucho más alta, más de setenta por ciento", dijo.
El nuevo estudio europeo no descarta el uso posterior de desfibriladores entre quienes han sufrido ataques cardiacos, aseguró Steinbeck. Los desfibriladores pueden salvar vidas, dijo, si se implantan cuando alguien desarrolla una arritmia sostenida, como una fibrilación ventricular.
"Si luego de 48 horas se sufre la arritmia, un paciente así es candidato para un desfibrilador", aseguró Steinbeck. |