Investigadores afirman que las aberraciones persistían y que podrían aumentar el riesgo de enfermedad cardiaca más adelante.
25 de enero, 2010
Los bebés de mujeres que fumaron durante el embarazo presentaban problemas con la presión arterial al nacer que persistían durante el primer año de vida, encuentra un estudio reciente.
"Lo preocupante es que los problemas presentes al nacer empeoran con el tiempo", advirtió Gary Cohen, científico investigador principal del departamento de salud de la mujer e infantil del Instituto Karolinska en Estocolmo, y primer autor de un informe que aparece en la edición en línea del 25 de enero de la revista Hypertension.
Y la respuesta de tasa cardiaca ante la inclinación de los niños de madres que fumaban era anormal y exagerada, según el informe.
No es posible decir si estas anormalidades vistas en los bebés conducirán a problemas más adelante en la vida, apuntó Cohen. Pero anotó que "el alcance de la afección al año sugiere que no desaparecerá pronto".
Algunas investigaciones han conectado dichos problemas con la sobreproducción del cortisol, una "hormona del estrés" que desempeña un importante papel en la regulación de la presión arterial y del sistema inmunológico, dijo Lester. "La exposición excesiva al cortisol es una hipótesis", apuntó. "Hay mucha evidencia que muestra que un exceso de cortisol resulta nocivo".
Cualquiera que sea el mecanismo del daño, el tratamiento para eliminar los problemas tras el nacimiento no parece posible, añadió Cohen.
"Lo que sabemos de estudios en niños mayores es que incluso si se les saca de un ambiente en que son expuestos al humo de tabaco, es poco probable que su función normal se restaure por completo", advirtió. "Para resolver estos problemas, la mejor intervención es la prevención. Las mujeres embarazadas necesitan evitar la exposición al humo de tabaco en el aire. El tabaquismo pasivo puede ser tan malo como ser fumador activo". |