Una investigación reciente confirma que llegar a la casa de un cónyuge amoroso y un buen matrimonio ayuda a las mujeres trabajadoras a sacudirse el estrés del día.
Los hombres, por otro lado, dejan el estrés en la puerta al llegar a casa, independientemente de cómo sea su relación, según investigadores psicológicos.
Los investigadores, de la Universidad de California en Los Ángeles, le dieron seguimiento a treinta parejas casadas con hijos, en la que cada padre tenía un empleo de tiempo completo.
Durante un periodo de tres días, cada uno de los sesenta cónyuges llenó una encuesta acerca de su satisfacción con su matrimonio y dos diarias sobre su día. Los investigadores también tomaron muestras de saliva cuatro veces al día (temprano por la mañana, hacia el medio día, en la tarde y en la noche) para examinar si había cortisol, una hormona que se libera en el organismo en caso de estrés.
Los investigadores hallaron que las mujeres de los matrimonios que sentían que estaban felizmente casadas vieron una mayor reducción en los niveles de cortisol cuando llegaron a casa después del final del día de trabajo, en comparación con las mujeres que no estaban tan felizmente casadas. Los niveles de cortisol de los hombres se redujeron al final del día, independientemente de su satisfacción con el matrimonio.
Los niveles elevados de cortisol de manera prolongada se han relacionado con diversas afecciones, como depresión, desgaste, síndrome de fatiga crónica, problemas en las relaciones, mal ajuste social y quizá hasta cáncer, según los investigadores.
Este es el primer estudio en examinar los niveles diarios de cortisol respecto a la satisfacción matrimonial, según los investigadores, que dijeron que hacía falta mayor investigación sobre la relación entre el matrimonio y el estrés. Los investigadores sugieren que las personas de matrimonios felices tienen un equilibrio aún mayor entre las responsabilidades de la casa y generalmente acogen un retiro nocturno del mundo más que las mujeres de los matrimonios que no son felices.
El estudio aparece en la edición de enero de Health Psychology. |