La combinación de las nuevas tecnologías con la lectura de genoma humano y los estudios sobre los factores de riesgo de las enfermedades ya están repercutiendo en el campo de la cardiología.
Las próximas generaciones conocerán nuevas formas de diagnóstico, tratamientos basados en la información genética y cambios en los hábitos de vida con los que serán más longevas.
A continuación le comentamos algunas de las líneas de investigación actuales, aunque todavía en fases expe-rimentales o muy recientes. Estos nuevos campos terapéuticos, diagnósticos y preventivos darán que hablar en los próximos años:
Trasplante de células: la implantación de células cardiacas en un corazón dañado podría facilitar la recupera-ción de este músculo en diversas enfermedades. Las células del corazón se regeneran a lo largo de la vida. Parte de estas células son las llamadas madre que en potencia, podrían servir para cultivarlas en laboratorio y reinsertarlas en los tejidos enfermos del corazón.
Se está investigando las posibilidades que ofrecen estas células (miocardiocitos) en pacientes con insuficien-cia cardiaca o infarto agudo de miocardio.
Resonancia magnética y colesterol: ya se ha presentado el primer estudio que utiliza imágenes de resonancia magnética (RM) para comprobar cómo un tratamiento farmacológico contra el colesterol disminuye la placa de ateroma (el colesterol que se acumula en las paredes de los vasos sanguíneos y que desencadena en infarto o ictus).
El estudio fue expuesto por sus autores: Roberto Corti y Juan José Badimón, del Instituto Investigación Car-diovascular del Mount Sinai, en Nueva York. Con este trabajo se plantea, por primera vez, la posibilidad de que las pruebas con resonancia magnética sirvan para detectar qué personas tienen más riesgo de enferme-dad cardiovascular, a tenor de cómo se encuentre su placa de ateroma. Además, estas pruebas servirían para determinar los efectos reales de los fármacos hipolipidémicos (como las estatinas).
Terapia génica: la hipercolesterolemia (niveles de colesterol excesivos) constituye uno de los factores de ries-go del infarto. A su vez, son muchos los elementos que influyen en el aumento del colesterol (edad, sexo, obesidad), pero entre ellos se encuentra la genética. Lawrence Chan, del Baylor College (Houston) ha iniciado un trabajo experimental (todavía con ratones) para modificar a los genes que influyen en estas alteraciones del colesterol. Esta terapia génica podría conseguir que con una inyección anual los niveles de lípidos estuvie-ran a raya, aunque tal como apunta el investigador, todavía debemos esperar unos quince años para disponer de este tratamiento.
Corazón artificial: la implantación de un corazón artificial podría convertirse en un trasplante rutinario, según apuntan las últimas investigaciones. Han sido varios los intentos fallidos, pero la última experiencia, realizada por un equipo de cirujanos de la Universidad de Louisville (Estados Unidos) parece haber tenido buenos resul-tados en animales. Este nuevo corazón artificial se llama AbioCor y cuenta con una batería que se controla a través de la corriente eléctrica. El experimento se ha realizado con 14 terneros, de los cuales diez sobrevivie-ron un mes a la implantación. La batería permitía a los animales que se movieran sin tener que estar atados, durante cortos periodos de tiempo. Junto con los corazones artificiales, la investigación en xenotrasplantes (injertos de corazón de animales -cerdo- a hombre) podrían servir, si se demuestra su eficacia y seguridad, para que la vida de muchas personas no siga dependiendo de las donaciones.
Diabetes: poco a poco se van acotando los verdaderos factores de riesgo de la enfermedad coronaria. La Asociación Americana del Corazón expuso que la diabetes tipo 2 (la que aparece en los adultos y en principio no depende de un tratamiento con insulina) encabeza estos riesgos, por encima del tabaco, la hipertensión, el colesterol alto, la obesidad y el sedentarismo. La diabetes tipo 2 se asocia con la obesidad, por lo que una vía para evitar que el corazón sufra pasa por controlar el sobrepeso con una nutrición adecuada y la actividad física. |