17 de abril, 2009
Un estudio sugiere que los niños con sobrepeso y sin ninguna otra enfermedad ya tendrían rigidez arterial, lo que eleva su riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca. A medida que envejecemos, las arterias pierden elasticidad y responden menos a los cambios del flujo sanguíneo. Las arterias rígidas aumentan el estrés cardíaco, lo que eleva la presión sanguínea.
La creciente prevalencia de obesidad infantil está asociada con el desarrollo prematuro de factores de riesgo cardiovascular, como colesterol alto e hipertensión. Asimismo, hay cada vez más evidencias de que esas enfermedades asociadas con la obesidad predicen la aparición de la enfermedad cardíaca en la edad adulta.
El equipo del doctor Walter P. Abhayaratna, del Hospital de Canberra, en Australia, evaluó la relación entre la gordura corporal, la actividad física y la \"rigidez arterial\" en 573 niños sanos de unos 10 años. Los autores hallaron una relación positiva entre un mayor peso y la rigidez arterial. Adelgazar, indicaron los autores, demostró mejorar la disfunción de los vasos sanguíneos asociada con la obesidad. No obstante, Abhayaratna agregó que se necesitan más estudios para evaluar si las estrategias para promover la actividad física y el adelgazamiento infantil reducirán la rigidez arterial y atenuarán el avance de la enfermedad cardiovascular. |