22 de octubre, 2009
Una buena noticia para los hombres que cultivan el suelo: la exposición regular a los pesticidas de uso frecuente en las granjas no elevaría el riesgo de infarto.
En la investigación llamada Agricultural Health Study, realizada entre 1993 y el 1997, los autores les preguntaron a más de 54.000 agricultores qué pesticidas usaban habitualmente, cuánto tiempo pasaban en los tractores y otros equipos, y si criaban aves o ganado.
El equipo de Jane A. Hoppin, del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental, en Carolina del Norte, entrevistó a 32.000 de esos hombres cinco años después y registró 839 infartos no fatales.
Durante el seguimiento, que duró unos 12 años, 476 agricultores murieron por infarto.
Tras controlar factores que elevarían el riesgo de infarto, como la edad, el tabaquismo y el sobrepeso, el equipo halló indicios de un aumento del riesgo de infarto con seis pesticidas, aunque la relación no fue estadísticamente significativa.
Esos pesticidas fueron los organoclorados aldrin y DDT, el herbicida 2,4,5-T, el fumigante etileno dibromida y los fungicidas maneb y ziram.
En cambio, otros cinco pesticidas (carbaril, terbufo, imazetapir, pendimetalina y aceite de petróleo) estuvieron asociados con una reducción del riesgo de muerte por infarto.
Pero ninguno de los 49 pesticidas estuvo estadísticamente asociado con el infarto y los investigadores no observaron un riesgo similar por otras "exposiciones" agrícolas.
En American Journal of Epidemiology, el equipo escribió que los agricultores tienen tasas de infarto más bajas que la población general.
Los autores consideran que se necesitan más estudios para confirmar los resultados y evaluar los riesgos cardíacos en el corto y el largo plazo asociados con la exposición a pesticidas. |