Una investigación reciente sugiere que la cafeína contenida en esas tazas diarias de café podría acarrear problemas de azúcar para los diabéticos.
En un grupo pequeño de diez diabéticos, los niveles de glucemia aumentaron en ocho por ciento cuando tomaron pastillas que contenían la cantidad de cafeína que hay en cuatro tazas de café.
Aunque algunas investigaciones han sugerido que los antioxidantes del café podrían prevenir la diabetes en las mujeres, las pruebas de laboratorio han cuestionado si la cafeína altera la capacidad del organismo para procesar la glucemia.
En el nuevo estudio, los investigadores implantaron un sensor diminuto en el abdomen de diez pacientes diabéticos que no usaban insulina. El sensor dio seguimiento a los niveles de glucemia durante un periodo de 72 horas.
En el transcurso de varios días, los pacientes, todos bebedores de café, alternaron entre tomar placebos y 500 miligramos de cafeína diarios en cápsula. Ese nivel de cafeína es igual a cuatro tazas de 237 ml de café.
Los hallazgos aparecen en la edición de febrero de Diabetes Care.
En los días en que consumieron las píldoras de cafeína, los niveles de glucemia de los pacientes aumentaron en ocho por ciento, en comparación con cuando tomaron los placebos. La glucemia aumentó también después de las comidas, sobre todo después de la cena, cuando aumentó en 26 por ciento.
Hay un par de explicaciones posibles, según Lane. Una de ellas, es que la cafeína podría interferir con la transferencia de glucosa de la sangre a las células del organismo, lo que aumenta los niveles de glucemia. Otra posibilidad, dijo, es que la cafeína podría estimular al hígado a liberar glucosa cuando no es necesario. |