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Prevención de la enfermedad coronaria

La Asociación Americana del Corazón (AHA) establece y difunde pautas de prevención vascular, tanto para personas que ya tuvieron un evento como para los asintomáticos. Según los estudios más recientes, si se controlan y/o eliminan los principales riesgos cardiovasculares, la esperanza de vida aumentaría unos siete años.

Uno de los problemas que enfrenta la prevención de la patología cardiovascular es que se percibe, falsamente, como una enfermedad de personas de edad avanzada, principalmente hombres. En realidad no es así pues cerca de la mitad de los sujetos diagnosticados y el 15% de las muertes se debe a patologías cardiovasculares en menores de 65 años.

En general, los adultos mayores de 40 años, sin evidencia clínica de enfermedad cardiovascular, tienen dos o más factores de riesgo que les predisponen a sufrir un infarto agudo de miocardio, un ictus o a fallecer a consecuencia de enfermedad cardiovascular. Desafortunadamente, en los sujetos jóvenes aparentemente sanos esos factores de riesgo pasan desapercibidos y, por lo tanto, no se conocen, no se controlan ni se tratan.

Reducir la incidencia de las enfermedades cardio y cerebrovasculares es posible mediante algunas estrategias básicas:

- cambios en los hábitos de vida (hacer actividad física, controlar la dieta, reducir el sobrepeso, no fumar, manejar el estrés),

- un adecuado control médico y un tratamiento preventivo, cuando esté indicado.

Hábitos nocivos para la salud cardiovascular:

El primer consejo para evitar las enfermedades cardiovasculares es cambiar los hábitos de vida dañinos. No obstante, modificar el estilo de vida es generalmente difícil de hacer y aún más difícil de mantener. Por ello, la información y la educación son imprescindibles para convencer a la población de asumir una actitud preventiva haciendo cambios en su vida.

Una de las claves para tener un buen corazón es "la alegría de vivir", con una actitud positiva, buen humor , vida social e, incluso con participación o dedicación a "causas nobles", sean religiosas o filantrópicas.

Por otra parte, mantenerse activo con una rutina regular de ejercicios permite tener el corazón bien temperado para el esfuerzo. Si es joven, la bicicleta o el "jogging" son prácticas recomendables; a edades más avanzadas, la piscina y la caminata no representan riesgos mayores y hacen bien al corazón. Siempre es recomendable un control médico para regular el esfuerzo a su estado de salud cardio-pulmonar.

Otro consejo es "seguir una dieta mediterránea" con muchas legumbres, fruta y verduras, evitando las carnes rojas y optando en su lugar por las carnes blancas (aves) o "azules" (de pescados de profundidad, como el bacalao). Además, de acuerdo al estilo de vida la siesta también es un hábito recomendable. Estudios hechos en Grecia indican que la siesta efectivamente ayuda a disminuir los riesgos cardiovasculares.

Los puntos focales para una vida saludable son:

- Control médico regular.
- Dejar de fumar.
- Comer una dieta baja en grasas y sal,
- y moderar el consumo de alcohol
- Hacer regularmente ejercicio físico.
- Reducir el exceso de peso.
- Aprender a controlar el estrés.


El control médico

El control médico adecuado y oportuno ayuda a detectar lo antes posible la aparición de condiciones de riesgo, como hipertensión arterial, diabetes, hiperlipidemia (colesterol alto) y a controlar otros factores como el sobrepeso, el tabaquismo o el estrés que, según han comprobado diversas investigaciones, esos factores deterioran la elasticidad de los vasos sanguíneos, primer paso para eventos trombóticos como el infarto cardíaco o ataque cerebral.

Igualmente, se podrá determinar el nivel de riesgo vascular de acuerdo a los antecedentes de familiares consanguíneos con problemas vasculares.

La prevención de las enfermedades cardiovasculares depende en gran medida de la buena cooperación entre el paciente y su médico, con el suficiente intercambio de información entre ambos.

A pesar de los avances de la tecnomedicina y sistemas de diagnóstico, nada sustituirá a la entrevista entre médico y paciente para elaborar una buena historia clínica. Para tener un efectivo tratamiento, es clave establecer una buena comunicación con el medico tratante. Con frecuencia, muchos pacientes se sienten incómodos, silenciosos o imprecisos cuando visitan a su médico y le pregunta por sus síntomas. El resultado es que muchas preguntas no tienen respuesta adecuada y las recomendaciones del médico no son comprendidas.

Terapias Farmacológicas de Prevención

Entre las principales terapias medicinales para prevenir o tratar las enfermedades vasculares están:

Inhibidores de la Agregación Plaquetaria:

El tratamiento con inhibidores de la agregación plaquetaria (drogas antiplaquetarias) es indicado para prevenir los potencialmente peligrosos trombos, formaciones de plaquetas sanguíneas y placas de grasa que obstruyen los vasos sanguíneo.

Antihipertensivos:

Es de vital importancia controlar y tratar la presión alta para proteger los vasos sanguíneos y para reducir los riesgos de una crisis vascular. Lo primero es tener diagnóstico e iniciar un tratamiento oportunamente.

Las cinco principales clases de agentes antihipertensivos son:

Calcio-antagonistas son agentes ampliamente utilizados en el tratamiento de la hipertensión, siendo efectivos y bien tolerados.

Diuréticos o regimenes basados en diuréticos, que ayudan complementariamente a prevenir eventos vasculares, especialmente en pacientes hipertensos.

Beta-bloqueantes son efectivamente usados como monoterapia o en combinación con diuréticos o calcio-antagonistas. Los beta-bloqueantes deberían ser evitados en pacientes con enfermedad respiratoria obstructiva o enfermedad vascular periférica.

Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA) han mostrado beneficios en pacientes con la presión arterial alta (hipertensión ), también en la insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) y en retardar la progresión de la enfermedad renal en pacientes diabéticos insulino-dependientes.

Antihiperlipidémicos:

Los niveles elevados de colesterol en la sangre, particularmente de colesterol LDL (hiperlipidemia) es un importante factor de riesgo en el desarrollo de la arteriosclerosis y de la enfermedad cardiovascular.

En muchos casos, una terapia dietaria, ejercicio regular y control estricto del peso no bastan para bajar los niveles elevados de colesterol. La terapia farmacológica debe ser considerada en los pacientes en los cuales un cambio de hábitos no son suficientes para reducir el colesterol a niveles aceptables.

Agentes antidiabéticos:

La clave en el manejo de la diabetes es mantener los niveles de glucosa en sangre en niveles normales para prevenir complicaciones vasculares a largo plazo. La dieta, el ejercicio, un control constante de la glicemia mediante sistemas de autocontrol, deben ser combinados, cuando sea el caso y el médico lo indique, con insulina o drogas antidiabéticas

Rutina para tomar las medicinas

Cuando el médico haya indicado una terapia con fármacos, el paciente debe cumplir con el tratamiento, sin olvidarse de tomar la medicación indicada. Estos consejos le ayudarán a no olvidarse de su terapia:

- Mantenga un "calendario de medicinas" o una tabla de drogas como recordatorio.

- Déjese notas recordatorias, pruebe enviarse un e-mail recordatorio o una alarma en el reloj, la palm o celular.

- Pídales a los familiares y amigos que le ayuden a recordar.

- Tome sus medicinas a la misma hora cada día junto con las comidas u otras actividades habituales y diarias, como lavarse los dientes.

- Use cajitas para pastillas que están divididas en días de la semana o en horas del día. las cajas para pastillas computarizadas pueden avisarle que es el momento de tomar su medicina o de encargar más.

Dejar de fumar:

Los fumadores tienen un riesgo mayor de padecer ciertas enfermedades . por ejemplo, tienen tres veces más riesgo de sufrir patologías vasculares. En ellos se registra un mayor número de infartos y a una edad más temprana que los no fumadores. Por otro lado , tienen una probabilidad cuatro veces mayor de padecer alguna enfermedad periodontal.

Según la OMS, al año se producen en el mundo cuatro millones de muertes provocadas directamente por el tabaco. Fumar incrementa, por sí mismo, el riesgo de dañar el sistema cardiovascular y si suman a otros factores, el peligro es mucho mayor. Las mujeres que fuman y toman anticonceptivos tienen aún más probabilidad de sufrir algún accidente cardiovascular.

La nicotina incrementa la agregabilidad plaquetaria, el colesterol y los triglicéridos en sangre. Esto favorece la aparición de aterosclerosis, con ella las arterias se vuelven menos flexibles y aumenta la posibilidad de un evento vascular.

El monóxido de carbono, asociado al hábito de fumar, también provoca agregabilidad plaquetaria y aumenta el colesterol en sangre. Por este motivo, fumar cigarrillos \

 
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