Todavía hoy, algunos médicos y la población en general, siguen considerando a la enfermedad coro-naria como un problema particularmente “masculino”.
Sin embargo,
el infarto de miocardio es la primera causa de muerte en la mujer
por delante de los cánceres de mama y ginecológicos.
• A partir de la menopausia y debido a la pérdida de los estrógenos que hasta entonces habían funcionado como protección, el riesgo de padecer un trastorno coronario es el mismo que para un varón.
• La mujer corre un mayor peligro de morir en el primer infarto o dentro del primer año de sufrido el ataque cardíaco.
Síntomas y factores de riesgo coronario femeninos
En la mujer, la enfermedad coronaria presenta particularidades diferentes a las del varón tanto en sus factores de riesgo coronario como en sus síntomas.
Estas particularidades complican el diagnóstico de la enfermedad su pronóstico y, por lo tanto, su tratamiento.
Hay que tener en cuenta que:
• La enfermedad coronaria en las mujeres suele aparecer mucho más tarde que en los varones. Los cambios hormonales aumentan los riesgos de desarrollar la enfermedad coronaria porque:
• Aumenta el nivel de colesterol
• Aumenta la presión arterial. En particular en aquellas mujeres que tomaron anticon-ceptivos orales durante 5 o más años.
• Aumenta la obesidad
• Aumenta la resistencia a la insulina
Estos incrementos potencian el riesgo coronario aún más a partir de los 65 años.
• Pero, es un error suponer que el problema cardíaco sólo afecta a las mujeres mayores.
1/3 de las mujeres que mueren de infarto de miocardio tiene menos de 55 años
• Los períodos menstruales alterados por la presencia de quistes múltiples en los ovarios, también, potencian el riesgo coronario. Estas mujeres jóvenes, con niveles muy bajos de estrógenos, tien-den a
• Sobrepeso
• Niveles altos de colesterol
• Presión sanguínea elevada
en la misma medida que una mujer después de la menopausia.
• Después del climaterio la mujer fumadora presenta un mayor riesgo de enfermedad coronaria que un varón fumador.
• En la mujer es más frecuente la angina de pecho.
Es el caso del dolor que se siente como una opresión en el pecho y que, a veces, puede extenderse al brazo o a la mandíbula, y que tiende a empeorar con el esfuerzo físico.
Muy a menudo podemos confundir este dolor con los síntomas de una indigestión. Para no caer en confusio-nes peligrosas es necesario no desestimar una consulta al médico.
• Existe un tipo de taquicardia (supraventricular paroxística) que suele confundirse en las mujeres con los síntomas de un ataque de pánico. Frente a este diagnóstico necesario insistir en su revisión para mayor seguridad.
¿Cómo prevenirse?
Básicamente, se recomienda que la mujer se realice periódicamente los siguientes controles:
• Un estudio completo de lípidos (colesterol total, HDL (colesterol “bueno”), LDL (coleste-rol “malo”) y triglicéridos.
• Hasta los 40 años, cada 5 años
• Después de los 40 años, una vez al año
• Control de la presión arterial
• Si es normal, una vez al año
• Si es alta, cada tres meses
Considerando tan peligrosa la alta presión diastólica como la sistólica.
• No desatender los siguientes síntomas
• Dolor de pecho
• Aceleraciones o saltos en los latidos del corazón
• Respiración entrecortada
• Palpitaciones
• Hinchazón en tobillos y pantorrillas, por retención de líquidos
• Fatiga crónica (a veces, acompañada de desmayos)
En todos estos casos, no dudar en hacerse un examen médico
Pero además de estas sugerencias, se recomienda:
• Dejar de fumar
• Hacer más ejercicio, en particular ejercicios aeróbicos
• Mantener una dieta cardiosaludable
FUENTE:
Sociedad Española de Cardiología
Asociación Catalana de Ayuda a la Cardiología
Instituto Europeo para la Salud de la Mujer
Instituto Cardiovascular de la Mujer, California, EE.UU. |